Fecha: 26 de Abril de 2014
Hora: 5:00 a 6:30 p.m.
Medico: Jorge Enrique Rojas Q.
Conferencia: El Colon, una Vía Excepcional para el Manejo de la Enfermedad Crónica.
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¿Que dicen los expertos?
Nutrición y Salud
En mi práctica médica, por más de veinte años, he visto transcurrir un sinnúmero de pacientes, que independientemente de la enfermedad o patología que presentan, y acuñadas por múltiples prescripciones médicas, en ninguna parte encuentran una explicación terapéutica de su enfermedad apoyado en la nutrición. La falta de evaluación médica de un paciente, si se alimenta de una u otra forma, si los antecedentes nutricionales están interactuando directamente en la enfermedad. Por ello, un consejo oportuno, la asesoría de una buena complementación alimentaria para controlar los efectos de la enfermedad, y una buena prescripción médica, serán la garantía de poder encontrar el camino de la sanación.
El gran conflicto que se presenta en la actualidad entre la medicina ortodoxa y algunos de sus practicantes, versus la medicina biológica o bioenergética y holística o, mal llamada, alternativa, nos ha llevado a crear un campo divisorio en la formulación e interpretación de la enfermedad del paciente.
Evaluar un paciente y ordenarle únicamente medicamentos que con la evolución de la ciencia se han convertido en los anti, es decir, antipirético o antifebril, antialérgico, antitusivo, antidiarreico, antibiótico, y así sucesivamente; una gama de productos farmacológicos que, como su nombre lo dice, en su mayoría son calmantes o actúan de una manera antibiológica. Entendiendo que el organismo y su médico interior son una gran computadora y como gran sistema biológico que es, con la agresión de muchos agentes externos, se ve en la necesidad de provocar síntomas como la fiebre, la diarrea, la tos, el flujo vaginal, las alergias y otros más como reacción de muchos factores que lo están atacando. Esto debido a un proceso de intoxicación progresiva y periódica, debido a los malos hábitos nutricionales a que cada día nos sometemos. Por esta razón, en este libro encontrará de la manera más sencilla y práctica, el por qué y cómo, nuestro cuerpo cada vez y a menor edad está sufriendo enfermedades más graves; explicaciones de por qué se está deteriorando con mayor rapidez; es decir, pone en evidencia cuáles son los errores, las falencias y la falta de conocimiento que el paciente está enfrentando con su enfermedad. Así mismo, es misión de este libro revelar muchas alternativas que nos ofrece lo natural.
Ante la posibilidad que nos ofrece la alimentación natural como herramienta biológica y bioquímica, y de convertirla en materia prima ideal, ese médico interior que es nuestro cuerpo humano elabora sus propios mecanismos de defensa y en muchos casos, responde a la enfermedad sin necesidad de utilizar medicamentos; simplemente utilizando los recursos que la madre tierra nos ofrece a través de la alimentación, con sus diversos componentes, para que el organismo encuentre el camino de la salud.
En 1605 Bacon decía: “El oficio de la medicina no es sino pulsar ese arpa tan curioso que es el cuerpo humano y reducirlo a la armonía”
También hoy, el médico hace vibrar todas las cuerdas del organismo para mantener, conservar, recuperar y alcanzar la salud; más que nunca se intenta ver al hombre enfermo, como un conjunto en la totalidad de sus funciones corporales y psíquicas, aceptando la premisa que “Todo estado o proceso morboso inicialmente entraña un desequilibrio en la persona enferma y en relación con su medio ambiente”
El médico se vale de los más variados procedimientos para conseguir en el mayor grado posible esa armonía física, mental y social que es la salud. Cualquiera que sea el método terapéutico empleado, la condición previa para un tratamiento eficaz radica en un diagnóstico bien establecido. El tratamiento puede estar dirigido contra la causa de la enfermedad, lo que llamamos un tratamiento causal, o contra sus manifestaciones más molestas o indeseables, que es la terapéutica sintomática; pero en la recuperación de la salud, pueden emplearse también métodos que sin pretender influir sobre el origen del proceso morboso o de sus efectos aparentes en el organismo enfermo, son viables o efectivos muchas veces.
Es indispensable tratar de despertar, evocar o reforzar las fuerzas naturales de defensa del propio organismo, es decir, “activar ese médico interior que nos ayuda a crear sus propios mecanismos ante la agresión externa, para él mismo poner en armonía su salud”.
El arte médico es uno solo, sea cual sea la terapia preconizada; de ahí que no existe ninguna alternativa en la medicina, es una sola, tanto si se recurre a los métodos de la medicina oficial o científica, como si se usan algunos medios de las llamadas naturistas. El médico experto está libre de prejuicios y escogerá siempre lo que más convenga en cada caso particular. Infortunadamente, no todos los médicos naturistas y, quienes se hacen llamar en algunos casos bioenérgeticos o alternativos, tienen una mente tan ecuánime; incurriendo en constantes abusos. De hecho, los abusos se han perpetuado a través de todas las épocas y aún persisten, hacen muchas veces más daño que bien. Por lo tanto, tenemos que saber en manos de quién y cómo, estamos buscando realmente el mejor camino para nuestra salud. La medicina oficial, que podríamos llamar académica u ortodoxa, considera los estados patológicos, estudia sus consecuencias inmediatas o secundarias y, a través de un plan terapéutico científicamente elaborado, trata de curarlos para que la persona afectada vuelva a reintegrarse a su vida habitual; esta doctrina se basa fundamentalmente en la llamada alopatía, cuyos principios se recogen en el aforismo de Hipócrates “contraria contraris curantur” es decir, el empleo de remedios que en el hombre sano provocan efectos que difieren de los síntomas de la enfermedad que se pretende combatir. Allí, es donde hablamos de los antibióticos, atitusivos, atidiarreicos, antifebriles; el concepto de los contras ante la sintomatología que presenta un paciente.
Lo que busca la medicina biológica básicamente, es tratar de estimular ese médico interior que con toda esa sapiencia y todo ese arsenal inmunológico, del cual está dotado, obtenga adecuadamente una materia prima a través de la alimentación, el aire, el sol, el ejercicio y la mente, para que éste pueda elaborar, fundamentar, crear y estimular todos los procesos.
Este ejército inmunológico a diario se enfrenta a las agresiones externas, llámese virus, bacterias, hongos, debilidades hereditarias, que por una u otra razón, despiertan espontáneamente una enfermedad. Es preciso que su médico interior y usted como paciente, le esté aportando al organismo lo necesario para que esa industria pueda obtener materia prima adecuada y funciones con excelentes productos.
Con toda seguridad las enfermedades estuvieran desapareciendo cada día; pero ante la industrialización, la superpoblación, los gustos por el sabor de comestibles y malas costumbres alimentarias, la materia prima que le estamos suministrando a ese médico interior es más deficiente cada día; por lo tanto el producto, es decir, los componentes inmunológicos, la calidad de nuestros tejidos, y el funcionamiento de nuestro organismo, cada vez se debilitan; por esta razón, cada vez a más temprana edad estamos padeciendo de enfermedades que “eran de personas adultas o de la tercera edad”. ¿En qué estamos fallando?”
LIPOSLIM
Es por todo esto que LIPOSLIM es un avance de la medicina hemeopática porque imita la acción de una cirugía de banda gástrica pero sin sus riesgos.
OTROS BENEFICIOS DE LIPOSLIM
Las pectinas encontradas en el fruto de naranja y manzana, tienen efectos beneficiosos sobre los niveles de colesterol en la sangre; pues son capaces de unirse a los ácidos biliares facilitando así la expulsión juntos con las heces, estos ácidos son productos de la degradación del colesterol, por lo que liposlim presenta efectos hipocolesterrolénicos, es decir que disminuye los niveles de colesterol en la sangre, lo cual contribuye enormemente a la prevención de enfermedades cardiovasculares.
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